Cuando una empresa pequeña lanza un nuevo producto o servicio tiene una misión: venderlo. Y, para ello, a menudo lanza campañas de publicidad en Internet que, aunque prometan visibilidad, visitas y posibles ventas, no dan el resultado esperado. Ni clics, ni visitas, ni mucho menos, ingresos.
Es normal pensar que anunciarse en Facebook Ads, Instagram Ads, LinkedIn o Twitter, o que utilizar herramientas como Google Adwords y Google Display Network llevará automáticamente tráfico a nuestra página. Son herramientas accesibles, de fácil uso y ampliamente utilizadas.
Pues bien: no siempre es el caso.
Muchas empresas se han visto en apuros por precipitarse en el lanzamiento de campañas de publicidad de pago.
Si quieres saber la razón principal por la que fallan las campañas de publicidad en Internet, sigue leyendo este post.
¿Por qué falla la publicidad en Internet?
El problema
Cuando se paga por publicidad en internet se paga según la cantidad de gente que haya hecho clic en un anuncio. Cuanta más gente haga clic, más bajará el coste relativo por clic de la campaña. Esto es lo que se conoce como el CPC, o Coste por Clic. Este, es uno de los indicadores más utilizados para medir el rendimiento de las campañas de Marketing Digital. En nuestra Agencia SEM somos muy conscientes de ello, trabajamos duro para reducir el coste de las campañas aumentando el nivel de calidad.
Si quieres saber más, te recomiendo que leas este post sobre ¿Cuándo invertir en publicidad en Google Ads?
La publicidad de pago tiene un coste elevado al principio. Este debería disminuir a medida que aumentan las visitas y el engagement. Una campaña ambiciosa puede suponer un auténtico fracaso si no es cuidadosamente planificada.
Es importante reconocer el problema de base. La principal causa de que estas campañas no funcionen no es que el anuncio no aparezca, sino que la gente no hace clic en él. Esto acaba generando una desconfianza que puede ser rápidamente considerada por los algoritmos de las plataformas de publicidad, e impactar negativamente, tanto en la campaña como en la reputación de la marca.
Dicho de otra manera, es menos probable (y más caro) que vendas algo a alguien que jamás ha oído hablar de ti o de lo que haces. Ser conocido es un requisito previo.
Las redes sociales
Las redes sociales funcionan como lugares en los que se agrupa gente con intereses en común: la vida social, la fotografía, la carpintería o la cerveza. Identificar las redes sociales más adecuadas a nuestra actividad y, sobre todo, los segmentos en los que se encuentra nuestro público objetivo, es el primer paso.
Las comunidades representan un espacio de exhibición que no puede ser desaprovechado. Hacer amigos y ganar seguidores es un factor clave antes de empezar a pagar por publicidad en internet. Y comentar y compartir contenido es una parte necesaria para crear una comunidad propia. Sólo así podremos darle a la marca la visibilidad necesaria para generar la confianza que permitirá llegar a más gente.
Además, la gente suele pertenecer a varios grupos, por lo que ese reconocimiento facilitará que los usuarios contribuyan a su difusión.
La segmentación
Ahora, uno de los problemas más recurrentes en el pago de publicidad es una segmentación inadecuada. No por pagar anuncios en más redes sociales está el éxito garantizado. Aunque estas ofrezcan abundantes datos, útiles para la búsqueda de público, todo depende de cómo sean utilizadas. Sin un estudio de los segmentos a los que se quiere llegar, los anuncios serán únicamente dirigidos a una pequeña porción del público potencial.
Observar los grupos y las comunidades relacionadas con nuestra actividad dará pistas sobre los usuarios y sus intereses. Y eso permitirá orientar no sólo el contenido del anuncio sino el alcance de la campaña.
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La precipitación no es buena
Ante todo, paciencia. La publicidad de pago funciona como un mercado movido por la confianza, y esta necesita tiempo y bases sólidas, como la optimización SEO de la página web. Quien no es conocido tiene que pagar más por anuncios. La lógica es la siguiente: si la gente hace clic en los anuncios de pago, su coste se reduce. Sin embargo, si no lo hacen, este aumenta, generando una peligrosa espiral difícil de revertir.
Es mejor esperar a que alcance de la campaña sea amplio, a dirigirla a pocos usuarios y esperar que ellos la difundan. Con una audiencia limitada el impulso de pagar más, o pagar en más redes sociales hará que, con el paso del tiempo, el balance de la campaña sea bajo, nulo, o incluso negativo.
Conclusión
Al contrario de lo que se puede pensar, el pago de publicidad en Internet no es sinónimo de éxito. Es más, ni siquiera puede ser considerado una acción aislada realizable al inicio de una campaña. Debería más bien ser una fase posterior, por no decir final. Darse a conocer en redes sociales y a través de otros canales es igualmente importante. Tanto como tener una página limpia y optimizada para evitar rebotes.
Finalmente, recuerda también participar en tantas comunidades como puedas, para obtener visibilidad y reconocimiento de los usuarios. Y por supuesto, no dejes de hacerlo cuando hayas lanzado la campaña.
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